La Guerra en las Alturas de Balneário Camboriú: Lujo, Celebridades
La Guerra en las Alturas de Balneário Camboriú: Lujo, Celebridades y un Mercado Inmobiliario por las Nubes. Esta carrera insana por la verticalidad, impulsada por celebridades e inversores multimillonarios, no solo redefine el horizonte de la ciudad, sino que también provoca una explosión en los precios de las propiedades, creando un fenómeno de valorización que afecta desde los áticos de superlujo hasta los apartamentos más modestos.
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Unveiled Brazil
8/16/20255 min leer


La Guerra en las Alturas de Balneário Camboriú: Lujo, Celebridades y un Mercado Inmobiliario por las Nubes
Balneário Camboriú, la ciudad costera del estado de Santa Catarina que se ha ganado el apodo de "la Dubái de Brasil", es ahora el escenario de una verdadera batalla arquitectónica. No se trata de una guerra con soldados, sino con grúas y cientos de pisos, donde las constructoras compiten por el codiciado título de poseer el rascacielos más alto de Brasil y América Latina. Esta carrera insana por la verticalidad, impulsada por celebridades e inversores multimillonarios, no solo redefine el horizonte de la ciudad, sino que también provoca una explosión en los precios de las propiedades, creando un fenómeno de valorización que afecta desde los áticos de superlujo hasta los apartamentos más modestos.
El protagonista de esta impresionante narrativa es FG Empreendimentos, una empresa constructora que no duda en desafiar sus propios límites. Su principal rival, Pasqualotto & GT, también participa activamente en esta disputa. La competencia es implacable y, en cierto modo, predecible: con cada récord roto, se anuncia una nueva torre aún más alta, lo que garantiza no solo un hito en la ingeniería, sino también una poderosa herramienta de marketing inmobiliario. El Yachthouse by Pininfarina, con sus 281 metros, fue una vez el rey de las alturas, hasta que fue destronado por el One Tower de FG Empreendimentos, que alcanzó los 290 metros. Y la guerra está lejos de terminar, con el anuncio de la Senna Tower, un proyecto de FG que promete superar los 350 metros y convertirse en el edificio residencial más alto del mundo.
Pero, ¿qué alimenta esta disputa y, en consecuencia, esta fiebre inmobiliaria? La respuesta reside en la confluencia de factores que convierten a Balneário Camboriú en un imán para el capital de alto nivel. El primero y más visible es la participación de figuras globales. El astro del fútbol portugués, Cristiano Ronaldo, no es socio de la constructora FG, pero su participación como embajador e inversor es más que suficiente para inyectar un glamour internacional sin precedentes en la ciudad. Junto con su familia, protagoniza campañas publicitarias e invierte en propiedades de ultralujo, como unidades en la Epic Tower, valoradas entre 11 y 15 millones de reales. La mera presencia de su nombre en desarrollos como el One Tower y el Imperium Tower eleva el estatus de toda la región, transformando las propiedades en trofeos de lujo.
La lista de celebridades y multimillonarios que ven en Balneário Camboriú un refugio seguro para sus inversiones es larga e impresionante. El jugador Neymar Jr., por ejemplo, posee un lujoso ático de cuatro pisos en el Yachthouse by Pininfarina, valorado en más de 20 millones de reales. Su adquisición, junto con otras propiedades en Santa Catarina, demuestra la atracción del futbolista de élite por la ciudad. Otros nombres de la escena musical y empresarial brasileña también figuran en la lista de propietarios de propiedades de lujo. Luan Santana, Alexandre Pires y Sorocaba (del dúo Fernando & Sorocaba) también han invertido en el Yachthouse. Incluso el multimillonario Luciano Hang, del sector minorista, aparece como inversor en el futuro rascacielos que batirá récords, la Senna Tower, un homenaje a Ayrton Senna. Esta constelación de personalidades y familias como los Weg y los Logemann, que invierten en complejos de lujo como Bravissima, legitima a la ciudad como un centro de inversión para la élite.
La influencia de Balneário Camboriú ya se ha extendido más allá de las fronteras nacionales. Hay indicios de que los inversores extranjeros, incluidos los de Oriente Medio, están vigilando el mercado local. Aunque no hay confirmación de que un jeque árabe ya posea una propiedad en la ciudad, el interés es notable. Una guerra de ofertas que involucró a Cristiano Ronaldo y "jeques árabes" por un ático valorado en 50 millones de reales en la Imperium Tower, por ejemplo, demostró el apetito de esta audiencia. Además, los informes indican que alrededor del 5% de los compradores internacionales de propiedades de lujo en la ciudad provienen de países como los Emiratos Árabes Unidos. La reunión entre el alcalde de Balneário y el jeque Mohamed Obaid Al Jaber, presidente del Grupo Al Jaber, refuerza la creciente atracción de capital extranjero.
La carrera por las alturas y la presencia de inversores prominentes tienen un efecto dominó que se extiende por toda la ciudad, afectando incluso a aquellos que no tienen millones para invertir en un ático. Este fenómeno se conoce como el "efecto de apreciación general". Cuando Balneário Camboriú se establece como una "marca de lujo" global, todas las propiedades, desde las más nuevas hasta las más antiguas y sencillas, se perciben como más valiosas. La escasez física de espacio en la ciudad, con solo 13 km de playa, agrava la situación. La alta demanda, generada por la fama de los grandes desarrollos, ejerce presión sobre el precio por metro cuadrado en toda la ciudad, haciendo que incluso los apartamentos modestos en áreas más distantes sean atractivos como "opciones accesibles" dentro de un mercado de alto costo.
El resultado es una espiral de precios que eleva el precio promedio del metro cuadrado por encima de los 13.000 a 15.000 reales, y puede alcanzar los 30.000 reales en las torres más exclusivas. Si bien esta apreciación es beneficiosa para los inversores, crea una presión insostenible sobre la población local, que a menudo se ve "expulsada" a ciudades vecinas como Itajaí e Itapema. Los residentes tradicionales pueden sentirse presionados a vender sus propiedades debido a la especulación inmobiliaria, lo que aumenta los costos de vida e impuestos como el IPTU.
La pregunta sigue siendo: ¿puede esta frenética carrera por el lujo y la altura crear una burbuja inmobiliaria? El riesgo ciertamente existe. Los precios de las propiedades están estrechamente ligados al marketing de la exclusividad y al flujo de inversiones. Sin embargo, la alta demanda sostenida, tanto nacional como internacional, y la limitada oferta de terrenos ayudan a mitigar la probabilidad de que una burbuja estalle a corto plazo.
En el análisis final, la historia de Balneário Camboriú es la historia de un audaz proyecto de ascenso económico y social. Es una ciudad que, con cada nuevo récord de altura, reafirma su estatus en el mapa del lujo internacional. Sin embargo, esta "guerra en las alturas" no se trata solo de hormigón y vidrio; se trata de la transformación de un mercado, donde el brillo de las celebridades y el apetito de lucro de los inversores elevan no solo los edificios sino el valor de cada centímetro cuadrado de tierra, cambiando para siempre el paisaje y la vida de quienes lo habitan.
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