Fábio Wajngarten: La Turbulenta Salida del PL y los Desafíos Internos de la Derecha Brasileña
Fábio Wajngarten: La Turbulenta Salida del PL y los Desafíos Internos de la Derecha Brasileña. La escena política brasileña se vio recientemente sacudida por la "dimisión" del abogado y exsecretario de Comunicación del gobierno de Bolsonaro, Fábio Wajngarten, de sus funciones relacionadas con la comunicación del expresidente Jair Bolsonaro dentro del Partido Liberal (PL).
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Unveiled Brazil
5/26/20254 min leer


Profundice en la polémica sobre la regulación de redes sociales de Lula, comparada con el control chino. Analice cómo el retiro de posts de Janja y la expulsión de Fábio Wajngarten exponen el autoritarismo y los límites a la libertad de expresión en la izquierda y derecha de Brasil
Fábio Wajngarten: La Turbulenta Salida del PL y los Desafíos Internos de la Derecha Brasileña
La escena política brasileña se vio recientemente sacudida por la "dimisión" del abogado y exsecretario de Comunicación del gobierno de Bolsonaro, Fábio Wajngarten, de sus funciones relacionadas con la comunicación del expresidente Jair Bolsonaro dentro del Partido Liberal (PL). El episodio, que se asemeja más a una expulsión tácita que a un despido amistoso, dejó al descubierto fisuras internas en la derecha brasileña y plantea interrogantes sobre las estrategias para las elecciones de 2026.
La decisión de apartar a Wajngarten, formalizada por el presidente nacional del PL, Valdemar Costa Neto, el pasado 20 de mayo, salió a la luz tras la filtración de mensajes comprometedores. En conversaciones de enero de 2023 con el teniente coronel Mauro Cid, entonces ayudante de campo de Bolsonaro, Wajngarten criticó la posibilidad de que la ex primera dama Michelle Bolsonaro fuera lanzada como candidata a la presidencia en 2026, en caso de que Jair Bolsonaro quedara inhabilitado. En el intercambio de mensajes, Mauro Cid llegó a escribir "Prefiero a Lula", a lo que Wajngarten respondió "Ídem".
La revelación de estos mensajes, obtenidos por la Policía Federal de los peritajes del teléfono móvil de Mauro Cid, provocó un terremoto en los bastidores del PL. La cúpula del partido, y especialmente la propia Michelle Bolsonaro, consideraron la conducta de Wajngarten como "desleal" y una "traición". Fuentes cercanas a la familia Bolsonaro indicaron que la ex primera dama, quien ha asumido un protagonismo creciente como presidenta del PL Mujer y figura clave para 2026, habría sido la fuerza impulsora detrás de la decisión de Valdemar Costa Neto.
A pesar del intento de minimizar el incidente por parte de Jair Bolsonaro, quien reconoció el error de Wajngarten pero defendió a su esposa, la crisis interna se profundiza. "Ella ponía orden en la casa, y a la gente no le gustaba. Pero eso no justifica este intercambio de mensajes, y menos en enero de 2023, cuando yo aún era elegible. Uno dijo tonterías, el otro estuvo de acuerdo", declaró Bolsonaro al portal Metrópoles.
La dimisión generó reacciones divergentes entre los aliados bolsonaristas. El pastor Silas Malafaia, figura cercana al expresidente, salió en defensa de Wajngarten, calificando la decisión de "cobardía" y criticando a "gente que no tiene memoria de las cosas buenas". Para Malafaia, la falta de reconocimiento a las contribuciones de Wajngarten a lo largo de los años sería un síntoma de ingratitud en el ámbito político.
La Libertad de Expresión y la Coherencia Ideológica
El caso de Fábio Wajngarten plantea una cuestión crucial sobre la libertad de expresión, un pilar frecuentemente defendido por la derecha brasileña, especialmente en oposición a las propuestas de regulación de las redes sociales por parte del gobierno de izquierda. Si bien el discurso de la derecha a menudo advierte sobre los peligros de la censura y el control estatal sobre lo que se puede decir en línea, la sanción a Wajngarten por mensajes privados que expresaban una opinión divergente –aunque sobre figuras de su propio campo político– parece contradecir esta defensa intransigente.
La reprimenda contra Wajngarten, motivada por una percibida "deslealtad" en una conversación particular, sugiere una intolerancia interna a la disidencia. Esto puede interpretarse como un tipo de "vigilancia ideológica" o lealtad ciega que, aunque no es una censura estatal, impone límites a la expresión individual dentro de un grupo. La ironía es que la misma ala política que critica vehementemente cualquier intento gubernamental de "silenciar voces" a través de la regulación, parece no tolerar la libre manifestación del pensamiento en su propio círculo, especialmente cuando esa manifestación se desvía de la línea oficial o de los intereses de figuras prominentes.
El Dilema de la Libertad en Medio de la Polarización
Lo que se observa en el panorama político brasileño es un preocupante dilema para la libertad de expresión. Por un lado, tenemos al gobierno de izquierda que, bajo el pretexto de combatir la desinformación, propone una regulación de las redes sociales que, como se discutió anteriormente, para muchos críticos se asemeja peligrosamente a un modelo de control de la información (como el chino), capaz de silenciar voces críticas –lo que quedó evidenciado, por ejemplo, por la intervención de la AGU para eliminar publicaciones sobre la primera dama Janja.
Por otro lado, el incidente que involucra a Fábio Wajngarten demuestra que la propia derecha, que se posiciona como guardiana de la libertad de expresión, puede aplicar sus propias formas de censura o represalias contra opiniones que considere "desleales". Esta intolerancia interna, aunque de naturaleza diferente a la censura estatal, contribuye a un ambiente donde la divergencia es castigada, y la expresión genuina de ideas es desalentada en nombre de la unidad o la lealtad política.
Esto sugiere que el ciudadano brasileño está, en cierto modo, rodeado por potenciales autoritarismos. Ya sea por la mano dura del Estado, que busca "regular" lo que se puede decir en nombre del combate a la desinformación, o por la presión de grupos políticos que exigen conformidad ideológica de sus miembros y aliados. En ambos casos, la esencia de la libertad de expresión, que presupone el derecho a manifestar opiniones impopulares o divergentes sin temor a represalias, parece estar bajo constante amenaza. La verdadera democracia exige que la libertad de expresión no sea solo un escudo contra la censura estatal, sino también un valor respetado y fomentado dentro de los propios grupos políticos, permitiendo el debate y la pluralidad de ideas.
El caso de Fábio Wajngarten expone las complejas dinámicas de poder y lealtad dentro del bolsonarismo y del Partido Liberal. Con la inhabilitación de Bolsonaro y el ascenso de Michelle como posible figura para 2026, las disputas internas por espacio e influencia se intensifican. La salida de un aliado tan cercano como Wajngarten, por cuestiones de fidelidad a la figura de Michelle, sugiere que el camino de la derecha hacia las próximas elecciones presidenciales estará pavimentado por más reorganizaciones y, posiblemente, nuevas rupturas internas. La capacidad del PL y del bolsonarismo para mantener la unidad y definir un liderazgo claro para 2026 será decisiva ante tales turbulencias.